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Buenos Aires
26 abril, 2024

Robos, robos y más robos

La problemática de la inseguridad ciudadana es un flagelo en constante crecimiento, no solo en nuestro país, sino en nuestra ciudad

La problemática de la inseguridad ciudadana es un flagelo en constante crecimiento, no solo en nuestro país, sino en nuestra ciudad, transformando la sensación de vivir con miedo en una realidad diaria de los ciudadanos. Es continua y constante la modalidad que va desde las entraderas, robos de vehículos, robo a efectos personales, entre otros a plena luz del día y más aún en horarios nocturnos, en el que quienes trabajamos, alejados de todo favoritismo, que nos mantenemos con el propio esfuerzo, sentimos la vulnerabilidad y la desprotección de parte de un Estado que mira para otro lado. 

En la noche del último sábado 20 de abril, nuevamente, fuimos víctima junto a mi familia en mi hogar de un intento de entradera, pretendiendo derribar una de las puertas de ingreso a mi domicilio – literalmente – a las patadas, a las 22:30 de la noche, mientras muchas personas continuaban regresando de sus trabajos y frente a múltiples cámaras de seguridad por parte de tres individuos, cuyas imágenes fueron aportadas a la justicia, dentro de la denuncia policial. 

Lejos de tomar este hecho como victimización, dado que es moneda corriente en la ciudad, fue sorprendente -de mala manera- encontrar que denunciando en la comisaría había una larga lista y fila de personas, denunciando robos y/o hechos delictivos perpetrados por bandas similares en simultáneo; de aquellos vecinos incluso, encontramos varios que estaban sin zapatillas, sin remera, porque les habían robado hasta sus prendas de vestir.  

Cabe preguntarnos, tomando en cuenta que la seguridad es una política de gobierno, hasta cuando quienes deben diseñar y ejecutar políticas reales que eviten el deterioro progresivo de la calidad de vida en nuestro pueblo, van a seguir mirando para otro lado, mientras siguen jugando a la alternancia amiguista en cargos públicos, nombrando cargos con personas que no son ni conocen el distrito, apareciendo en los eventos con seguridad, custodiados por móviles municipales y ni hablar, photoshopeandose para cada elección -como las próximas que habrán de medio término-, prometiendo lo que no se da, que es una vida con dignidad y no el encierro a los que debemos someternos los ciudadanos de bien, pensando nuevas estrategias para reforzar con más rejas nuestros hogares y pertenencias, cuidándonos unos a otros y dándonos consuelo mutuo, porque la inseguridad y los robos en particular son la preocupación principal que estamos viviendo, privándonos incluso de hasta hacer deportes en espacios públicos. 

Nos puede faltar todo, pero cuando nos falta la tranquilidad, la seguridad de que nuestros hijos volverán al hogar, que nosotros mismos volveremos del trabajo, que no nos despertaremos en el medio de la noche con delincuentes dándote una golpiza (en el mejor de los casos), podemos afirmar que está es una situación de HARTAZGO, en donde nos han quitado la libertad de vivir seguros para dársela al libertinaje delincuencia. 

Dios nos proteja a cada uno de nosotros hasta que los políticos de este distrito dejen de mirar su ombligo, jugar con sus propios intereses y se dediquen a planificar políticas de seguridad en pos de la dignidad y tranquilidad de esta ciudad

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